miércoles, 29 de agosto de 2012

Cancion para Manuel

Comencé a componer esta canción a mediados del 2006, una noche en la que me sorprendieron algunos recuerdos de lugares y personas que por distintas razones dejaron una huella en mi vida: algún amigo querido que hace tiempo no veía, una tarde que jugaba a la pelota en mi vereda de la calle Bonorino en el  barrio de Flores, el olor a leña de alguna calle  de Montevideo, algún carnaval, alguna vieja canción.
Hacía poco que había conocido a Manuel Suarez, militante revolucionario, poeta y sobre todo una gran persona. A poco de conocerlo y de compartir algunas jornadas de poesía, música y charlas, se fue dejando su recuerdo y también una huella.
Alguna de esas noches en las que trabajaba sobre el texto de la canción aparecieron esas palabras de Manuel “tender la alegría bajo el sol, hinchar velas y seguir, hasta que el viento diga" que son los que cierran esta "Canción para Manuel".

Canción para Manuel

para escuchar hacé clik acá: https://www.youtube.com/watch?v=lPz37Ko6ZDw

Tengo de tus calles ese olor,
tenue luz, rojo color,
sol que muere entre tus brazos.
Humito que se aleja del mar
como rostros que se van
al abrigo de tus manos.

Los gurises juegan bajo el sol
nos los cansa ni el calor
ni un presagio de pobreza.
La risa los aleja del mal,
sortilegio como el pan
tostadito de la siesta.

Me he quedado con tu religión,
una que no tiene dios
y que vive de esperanzas.
Alimenta nuestra rebelión
parche tenso del tambor
que ya suena en las gargantas.

Y el olor a leña y a carbón
que se esparce como luz,
y que lo ilumina todo,
como en las noches de  carnaval
cuando aquellos que hoy nos están
cantan pero en otro coro.

Y si vuelven es para cantar
que en el tiempo no hay final
ni siquiera el de la muerte,
el tablado vuelve a replicar
que hay que cambiar de disfraz
para intentar otra suerte.

Algunos que yo no conocí
siempre supieron decir
“ya vendrán tiempos mejores
si mis ojos no lo pueden ver
volveré con otra piel
a llenarme de colores”.

Ese día no habrá soledad
por las calles andaremos
pariendo revoluciones:
serán como  noches de febrero,
cada noche cada cielo,
ahuyentando los temores.

Me alienta el recuerdo de tu voz
que sabía del misterio
que alimenta la poesía:
“tender la alegría bajo el sol
hinchar velas y seguir
hasta que el viento diga”.